jueves, 28 de octubre de 2010

Hace unos día el pulpo Paul...hoy se da por desaparecido por no decir muerto a nuestro mero "Pancho"

Estamos de luto nuevamente. Si Paul llegó a tener fama mundial gracias al fútbol, hoy tristemente se da por muerto al mero más famoso de Canarias, "PANCHO". El mero más fotogénico de estas latitudes que habitaba en los fondos de la isla del Garoé. Como homenaje les incluimos estas reseñas publicadas en El Día en  Octubre de 2007.

¡Esperamos que no estés en ningún cocido o segundo plato de algún desalmado!. DESCANSE EN PAZ EN LOS FONDOS CANARIOS.


ES "PANCHO" NOMBRE DE PEZ, al menos de pez herreño. De pez que nada en las aguas de fondos limpios y bellos que la Isla del Garoé cuida con mimos y esmero, lo cual es de agradecer y bien agradecen, pienso, aquellos submarinistas que vienen desde muy lejos para gozar de un paisaje que está vedado a los legos y a quien no sabe nadar ni es ducho en lo del buceo.
Es "Pancho" nombre de pez, al menos de pez herreño. Es "Pancho", digámoslo, un hermosísimo mero que pesa cuarenta kilos, gramo más o gramo menos, y que es sociable allá abajo, en su marítimo feudo, con quienes van de visita y aquellos que van a verlo, sin ánimo de captura, sin saña y sin aparejos y sin fusiles de arpones y, claro está, sin anzuelos. Es muy sociable este "Pancho", pese a su aspecto tan serio y danza danzas acuáticas para quien sabe quererlo. Y todos quieren a "Pancho" en estos mares isleños. Y todos quieren salvarlo de los furtivos malevos que pescan por hacer daño sin seso ni sentimientos. Todos protegen a "Pancho", que es un icono longevo, un ecológico símbolo, que hasta en la tele lo vemos. Posa para Tele 5 en un bonito intermedio?
Es cuarentón este "Pancho" y es preocupante tal hecho, pues esos cuarenta tacos indican que es mero viejo. O, en fin, bastante maduro, porque no quiero ofenderlo. Pretenden las buenas gentes -no hay gente ruin en El Hierro- que pueda llegar don "Pancho", allá en su salado reino, a algunos añitos más. A los cincuenta, esperamos... El viudo ejemplar de bembas tremendas, pero ojos tiernos, ha tiempo que enviudó ya y cuentan los viejos cuentos que fue un pescador furtivo -furtivo, pero no hambriento- el hombre que arrebató, por puro entretenimiento, a "Pancho" su compañera, una hembra guapa de mero llamada doña "Natalia", que así la llamaba el pueblo. El pueblo de La Restinga, abierto y muy marinero. Los bares de La Restinga, guachinches y mesoneros se unen a esta campaña por "Pancho", y los cocineros no sirven en sus locales ni ponen en sus pucheros pescados de tal especie por más que son estupendos. Envidian los medregales, las brotas, chernes y petos la suerte de los compadres de "Pancho". Qué puñetero. No sólo se salva él, que salva a sus compañeros.
Es "Pancho" nombre de pez, al menos de pez herreño. Y vive en un paraíso y en un legendario medio el "Pancho" al que le cantamos en estos humildes versos. Isla de mil fantasías, Isla de hondos misterios, desde los árboles santos a los mensajes secretos en esos cruces umbríos de los estrechos senderos, la magia de las montañas y de los campos y cerros, desciende también, profunda, y allá se va, mar adentro, profundizando allá abajo, magia que nada al encuentro de la morada de "Pancho"?. O acaso, sí, exageremos y a "Pancho" no sé, tal vez, le importe el asunto un bledo. Lo dice del pez su porte y un muy displicente gesto.

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