miércoles, 8 de diciembre de 2010

La Cumbre del Clima de vacaciones en Cancún

Los delegados de los 194 países reunidos en la Cumbre del Clima de Cancún parecen moverse por los pasillos del complejo hotelero de lujo que acoge la cita más lentamente que el año pasado en Copenhague. No hay un alud de periodistas detrás de ellos, ni enormes filas de cámaras a la entrada. Si Copenhague fue una superproducción de Hollywood, llena de efectos especiales, apariciones sorpresa y un final ridículo, Cancún es cine de autor. Los observadores veteranos aprecian los matices de "la atmósfera constructiva" en la negociación, pero el discurso deja ver que la lucha en la ONU contra el cambio climático camina, en el mejor de los casos, hacia ninguna parte. Porque nadie puede garantizar qué ocurrirá después de 2012, cuando termina el primer periodo de cumplimiento del Protocolo de Kioto.


El acuerdo, firmado en 1997, no incluye a EE UU (que no lo ratificó) ni a China (exento como país en desarrollo). Por eso Japón ha dicho que ya basta y en Cancún ha lanzado una sonora advertencia: "Japón no se inscribirá en un segundo periodo del Protocolo de Kioto bajo ninguna circunstancia". Con Japón están Canadá y Australia. La UE fue ayer mucho más comedida, aunque su mensaje es similar. La comisaria de Cambio Climático, Connie Hedegaard, afirmó: "Estamos dispuestos a aceptar un segundo periodo de Kioto pero con condiciones: que otros se unan". Hedegaard recordó que la UE genera solo el 14% de las emisiones, y que su peso en el mundo va a menos conforme crecen las de China y otras economías. Hedegaard insistió aun así en que "hay que ser muy precavido" antes de matar Kioto. Su argumento es que sería como tirar una mala bicicleta antes de tener comprado un coche.


¿A QUÉ ESTÁN ESPERANDO LOS GOBIERNOS? EL TIEMPO DE RESPUESTA SE AGOTA. UNA IRRESPONSABILIDAD PARA LAS GENERACIONES FUTURAS.

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